La Calle
Aun estaba caliente. Desprendía ese intenso olor a panceta recién frita, dió otro bocado... y otro apenas sin tragar, lo saboreó despacio y compartió el último trozo con el pequeño y pulgoso ratonero que se abrigaba en la manta junto a él. Bebió un trago de vino, se encendió un cigarro y aspiró de él profundamente, lo había encendido ya en tres ocasiones y no le supo igual pero era el último.
Lo despertaron los ruidos de la calle, el ir y venir de la gente, abrió los ojos sin ubicarse, retiró los cartones que lo cubrían, enroscó la mugrienta y roída manta... otra vez había soñado. El desasosiego en su estómago había desaparecido. Lupo recogía unas migajas del suelo, se relamía, movía el rabo y lo miraba agradecido.
Más anarquia en casa de GUS
Ahiss que bonito y tierna historia , cuantos hay asi en las calles como compañeros un fiel perro, epoca mala la que se avecina para dormir en la calle..
ResponderEliminarPrimavera
No es una escena rara, he visto varias veces a alguien como el personaje de tu texto compartir lo poco que tiene con su perro; y a veces son dos o tres perros. Se cuidan mutuamente podría decirse, no podría ser de otra forma.
ResponderEliminarHermosa música, me encantan esos violines, crean el clima justo para leerte.
un abrazo
no s´como definir tu entrada
ResponderEliminarsi un canto de esperanza
o una acusación a esta sociedad egoista
pero lo que es indudable es que conseguistes que nos involucráramos contigo
Primavera gracias por tu comentario. El 22 de Noviembre es el día de "los sin techo"¿es realmente necesario, que exista un día nacional para estas cosas, cuando en el momento que entra el invierno mueren tantos en la calle?
ResponderEliminarUn beso
Any, me encanta que te haya gustado. Los violines siempre me sensibilizan y he tocado un tema que lo requiere. Otro beso para ti
Javier me alegra verte por aquí. Has captado el mensaje perfectamente, es un canto a la esperanza, un canto a la solidaridad hacia los que tenemos más cerca. Un beso y cariños
ResponderEliminarEs corto pero contundente.
ResponderEliminarCuántas veces hemos visto a estas personas en la calle, acompañadas por su perro.
Has hecho que eso ahora no nos sea ajeno.
Un besito
HOY LA HISTORIA COTIDIANA COBRÓ VIDA...ME GUSTÓ MUCHO EL RELATO... BESOS MEDEA.....
ResponderEliminarUna historia real del todo, tan triste como maloliente para los snobs que se pasean y les miran arrugando las narices.
ResponderEliminarBeso.
Corto, y no le cabe más.
ResponderEliminarMaldita calle, maldito ruido, maldita sociedad.
Besos
que sería de nosotros sin esos sueños..esos los simples..los cotidianos..los necesarios...
ResponderEliminarbesos
Gracias a todos por vuestros comentarios. Me encanta saberos pasando por mi casa pero si os lo agradezco de uno en uno, no termino mi Halloween. Solo comentar a los que habéis coincidido en lo breve del relato que es que me he reservado sitio, porque mi historia de miedo os va a llevar su tiempo. Un beso a todos, no…mejor mil besos.
ResponderEliminarLa brevedad del relato suma intensidad a la escena, que no por conocida y compartida a diario, deja de doler.
ResponderEliminarMe gustó mucho leerte.
te dejo mi abrazo
El que ya no tiene nada, pero cuenta con el cariño fiel del mejor amigo que se puede tener, y eso alimenta, sino el estómago, sí el corazón y el alma.
ResponderEliminarPor cierto, creo que se me olvidó invitarte, pero si te apetece y tienes tiempo, te convoco al...
ResponderEliminarHALLOBLOGWEEN
parte de la comunidad al ras del suelo,y otra que pasa veloz,ruidosa.Esos dos seres vivos encontraron consuelo.¿Arriba lo tendran?
ResponderEliminarjodido hueso de roer tu relato
cariñitos
Bella y tierna historia, surgida al amparo de dos seres que se quieren y se necesitan para soportar la soledad propia y la insolidaridad de una sociedad que pasa de largo sin apenas prestarles atencion.
ResponderEliminarUn abrazo.
esto comienza a coger calor...mi inicio d electura del jueves esta siendo de un deleite profundo..vengo de donde mari carmen...me allego a ti, medea..y hala, me sueltas esta `preciosidad...no sé si seguir jugando a los jueves...al precio de qué buenas lecturas que me llegan adentro y casi me dejan en desnudo, no lo se...
ResponderEliminarmedio beso,medea.
Triste vida de los sintecho, magnifica recreación de algo con lo que convivimos sin alterarnos, y sabes, los sintecho adoran a sus animales y los cuidan dándole hasta lo que no tienen, o por lo menos esa es mi experiencia.
ResponderEliminarMuy bueno, Medea.
Besos
¡Qué buena descripción de un pedacito de la calle, Medea!
ResponderEliminarMe ha gustado mucho descubrirte :)
Besos marineros.