En mi calle hay dos salidas, una es principalmente de vehículos y es una cuesta muy pronunciada, tanto que cuando nieva, tenemos que dejar los coches arriba en la calle perpendicular porque es imposible subirla con hielo o nieve. La otra salida es solo peatonal y desemboca en un gran parque con lago y patos, el Parque París, lleno de árboles. Como de no ir a comprar no saco el coche, salgo siempre por ahí, es agradable, en verano, en otoño en invierno y primavera, con hielo, con charcos y sin ellos se expanden los pulmones y el alma.
El parque separa la entrada de mi casa de una gran avenida, la Avd. España, creo que es la única y la más grande del pueblo, de dos carriles por dirección separados en el centro por espacios de césped y setos siempre llenos de flores.
Sacaba a los perros como cada mañana, el verano tocaba a su fin y la mañana era agradablemente fresca ¡¡por fin me dije!!. El verano se me había hecho particularmente largo. Mis perras me miraban agradecidas por sacarlas con esa temperatura más agradable que la de otros días, como si yo fuera la responsable del calor sofocante de los días pasados.
Sentado a la sombra de un gran abeto,en el cesped, estaba el muchacho de ayer, seguía mirando en la misma dirección y dibujaba. Una gran carpeta azul de dibujo descansaba sobre sus rodillas, cambiaba de lápiz daba unos retoques y elegía otro lápiz, más fino, más blando, más grueso…no sé. Siempre tengo la curiosidad de acercarme a esta gente que en cualquier parque, en el Retiro… dibujan o pintan del entorno natural, descubres verdadero arte en casi todos ellos, pintan y dibujan maravillas, pero tirando de las perras…no pude acercarme o mejor dicho tirando ellas de mí era imposible.
Saludé a la misma gente que a la misma hora y en el mismo lugar, saca a sus perros por la mañana, acude a sus clases o va a la parada del bus. Me alejé de allí tomando mi camino de costumbre no sin antes reparar en la joven que estaba tendida muy cerca de él, no sabía si estaban juntos o no, suficientemente cerca pero no exactamente a su lado, no parecía que hablaran, cada uno estaba a lo suyo, él a su dibujo, ella tumbada con las manos tras la cabeza y las piernas cruzadas, miraba al cielo que reflejaba el azul en sus ojos claros.
No regresé hasta casi una hora después. Él aún estaba allí, pero ya recogiendo sus cosas. Miré en torno a él pero la chica ya no estaba y como uno se monta sus propias películas deduje que no estarían juntos, que simplemente se habría dado esa casualidad y estaban cerca.
A la mañana siguiente ese paseo del cual disfruto, sacar a las perras por la misma puerta, a la misma hora, y por el mismo parque. La mañana era agradable como la de ayer, me encontré con un vecino que siempre y con mucho cachondeo, cuando me ve con las perras (de 30kg cada una) me llama Ben-Hur , al cruzar la verja y casi de frente lo volví ver, no podía imaginar qué estaría pintando en esa dirección, ¿los setos de arizónica que separan las distintas urbanizaciones del parque?, ¿la reja verde de la puerta?. Se le veía absorto en su dibujo y el paisaje que tenia de frente no daba para tanto, aunque claro está que para un artista la visión de lo mismo pueda resultar diferente y por eso es un artista.
Según me alejaba me pareció ver a la misma chica que estaba tumbada en el césped muy próxima a él, jugueteando con los tréboles del césped que a esas horas esta empapado de rocío y pensé que mi mala cabeza o mi concentración sobre el muchacho no me había permitido reparar en ella.
Los dos días siguientes me ofrecieron más de lo mismo, mañanas soleadas, el repiqueteo de algunos aspersores y el chico…dibujado o pintando ya que alguna de las veces tenía a su lado un maletín pequeñito, como de madera, lleno de lápices de colores, de todos los tamaños y desordenados, la joven, siempre próxima a él, unos días casi rozándolo, otros un poco más alejada pero nunca...ninguno de los días los vi dirigirse una sola palabra. El chico no cambiaba la orientación que había tomado en el césped mirando en la misma dirección desde el primer día que reparé en él y me picaba la curiosidad, teniendo a un lado la rosaleda o el anfiteatro junto al lago, que a mi parecer ofrecían más contenido artístico.
Aquel lunes decidí salir un poco antes y sin las perras, ya las sacaría después, pero me podía la curiosidad de acercarme a ellos, a él, para apreciar lo que le tenía tan ensimismado en aquella dirección, por un momento me pareció que ella estaba tumbada sobre el césped tras él pero según fui acercándome, vi que tras él solo estaba su cazadora vaquera.
-Hola…perdona mi intromisión pero me puede la curiosidad de tus dibujos.
-¡Ah!, no te preocupes, te veo salir casi todos los días con tus perros.
-¿me permites?
-Si claro, ¿cómo no?
Me extendió su carpeta azul, la abrí con cuidado, hojas y hojas, unas coloreadas, otras en lápiz, en todas ellas...la misma mujer, la misma cara, los mismos contornos, unos eran retratos,en otras estaba ella de cuerpo entero jugueteando con una margarita tumbada sobre una pradera, en otras solo unos ojos azules, inmensamente azules, en otra de las hojas unos labios rosados, carnosos y brillantes pintados como con un beso.
Mi expresión era de asombro...creo. Miré a mí alrededor, buscándola cerca como estaba otros días pero no la vi. Lo miré a él ¿…?
-¿hoy no está contigo?
-No... no está conmigo, hoy hace tres meses, nos conocimos en bellas artes hace un año... íbamos a vivir juntos este curso...A finales de junio, después de los exámenes, se fue a Coruña, había dejado el piso compartido con dos compañeras y ya nos habíamos buscado uno para nosotros, teníamos pagada la fianza para ocuparlo en Septiembre...pero Sandra no llegó a Coruña...tratando de evitar a un motorista que les vino de frente el coche que conducía otra compañera de allí...(su voz se entrecortaba, me sonaba el suceso, había oído en la piscina lo que había pasado con dos de las chicas que ocupaban un piso de estudiantes en otro portal de la urbanización). Me estremecí mientras el relataba el suceso, una sensación de frio me recorrió la espalda, se salió de la carretera...hace ya tres meses...yo... siempre la esperaba aquí...todos los días...todos .Hoy siento que ya no volveré, siento que se ha ido para siempre.
-Lo siento...
-Toni (me dijo)
-Pues de verdad lo siento Toni, pero creo que es una buena decisión la de no volver. Solo te pediría una cosa aunque no tenga ni mucho menos ese derecho. No dejes de dibujar, no todo el mundo que quiere hacerlo consigue plasmar con un lápiz, la belleza de unos sentimientos como tú sabes hacerlo.
-Gracias por interesarte por mí, algún día me dejaras pintar a uno de tus perros. Algún día volveré por aquí.
Me quedé pensando en aquella chica que había visto junto a él. Me volví dos veces en mi camino de vuelta para ver si la sorprendía junto a él, mire por los alrededores hasta que crucé la verja, pero nada.
Otros sitíos de interés juevero en el lugar de GUS
....sí, no dejes de dibujar, no dejes de escribir. BUeno.... no dejes de venir a esta cita, que se te extraña.
ResponderEliminarun abrazo.
Una novela. Eso has escrito.
ResponderEliminarUffff, mi vena de ese apasionante Mundo oculto, se ha despertado con la trama de tú intenso relato.
En cada descripción, recordé vuestra calle, las vegetaciones, el lugar y aquella distendida y afable compañía.
Un placer estar por aquí.
Besinos
celia
Ver y descubrir es lo que has hecho en tu paseo y lo que has conseguido que nosostros de tu manos imaginemos.
ResponderEliminar!Que buen regreso!
Un gran abrazo.
Menudo regreso, querida amiga. Me adhiero mucho al comentario de Cas.
ResponderEliminarEstupenda historia que puede imaginarse u ocurrir en cualquier momento cotidiano de la vida, en la propia calle.
Me encantó leerte, muchos besos.
Cómo dicen en mi "otra patria"... Tinha saudades de você...
ResponderEliminarSaudade es una palabra que me parece muy poética, así como morriña... Cuando pase los años y vuelvas a lees este escrito ban bello y poético, seguro que sientes saudade, morriña, nostalgia... no porque todo tiempo pasado fué mejor, no; Simplemente porque ya no volverá. Hemos de aprender a ver todo lo que nos rodea así, como si tuviéramos que hacer cada dia una redacción de ello; una historia de lo cotidiano.
Bienvenida querida amiga.
Un besito grandote, grandote....
Demasiado pronto ha comenzado la vida a golpear a Toni. Demasiado pronto.
ResponderEliminarNos has dejado un bello relato.
Me alegra comprobar que tus problemas informáticos han sido eliminados.
Un abrazote.
Maat
Desde luego Medea, tardaaaaas por los motivos que sean, pero cuando asomas, !me maravillas! Un cuento corto esos paseos a lo "Ben-Hur" con la cuadriga de perros poderosos, cada mañana y cada sensación nos dejas.
ResponderEliminarToni el joven dibujante de amores, de perdida, me estremece, me duele la ausencia de esa soñada chica en la hierba, tan cerca, y tu dulcísima curiosidad, Medea, a su lado.
Jondo me has llegado, quiero pasear a tu lado letra por letra. Besitoooo "cruzando" una isla para llegarme a tu vera, muy pronto.
Me ha gustado mucho tu relato, hay mucho sentimiento en él. Debe ser delicioso tener un parque tan cerca donde disfrutar de un paseo y evadirse de todo.
ResponderEliminarUn abrazo
Carmen Andújar
holaaaaaaaaaaaaaaaa querida amiga, por fin otra vez entre nosotros, se te echaba de menos ya te lo han dicho y te lo repito, pero acabes creyendolo jajajaj
ResponderEliminarMe has atrapado con tus palabras, al principio me fui situando en tus cales que algo conozco de cuando el encuentro en el km 0 pero cuando salio el chico que dibujaba supe que habia tomate!!!!
Magnifico inicio para una novela, ya sabes no lo desaproveches, seguro que entre cachorro y cachorro te quedará un ratillo...
Un besazo
Medea, envuelves y desconciertas.
ResponderEliminarPaseas, te paras, observas, te escondes y finalmente al "toro"
Mucho material para un relato sólo. Aunque en esta ocasión era la calle la protagonista.
Besos
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ResponderEliminarApasionante historia que transcurre paralela a la descripción de tu calle, de su paisaje, de tus paseos por ella. La historia de ese amor que trasciende más allá de la muerte de una de sus dos protagonistas. Has elaborado una hermosa historia con la misma fluidez y belleza con que Toni recreaba la imagen de su chica.
ResponderEliminarUn abrazo.
Quien sabe si verdaderemante el Parque Paris esconde historias parecidas. Realmente es el verdadero centro de reunion y encuentros de la zona, mejor escenario imposible.
ResponderEliminarBesossssss
En los parques, en las plazas, en las calles, es imposible ver todos los árboles; al igual que las personas, unos se esconden detrás de otros...
ResponderEliminarBikiños
Eso es exactamente lo que se supone que deberíamos hacer todos, un relato. Parece que este grupo de jueveros y jueveras tenemos todos pajaritos en la cabeza, mucha fantasía y mente libre.
ResponderEliminarBravo, amiga. Yo soy incapaz de componer este tipo de hermosos relatos.
Besito.
Me ha encantando tu calle y tu relato, el joven y triste pintor, y el fantasma que lo sigue pero sin asustarle ni causarle inquietud. Muy bonito.
ResponderEliminar¡¡¡me gusta¡¡¡
ResponderEliminarTe leía y poco a poco me enredabas en esa historia paralela a tú calle. Supongo que de alguna manera su obsesión creadora no dejaba que ella se marchara, el amor tiene esas cosas, es difícil desvincularse, mas cuando no está previsto.
ResponderEliminarMe ha encantado, Medea.
Besos
QUE PRECIOSO LUGAR!!!!! OXIGENARSE VIENDO UN PAISAJE AL AIRE LIBRE CONTINUAMENTE. COMPARTIENDO CON LOS VECINOS YA CASI AMIGOS
ResponderEliminarBONITO RELATO
SALUDOS
Se te extranaba Medea! Pero que historia para el regreso! con cuota paranormal y trasfondo de parque arbolado, lago con patos y paseos a la luz del sol tibio. Un gusto volver a leerte de verdad.
ResponderEliminarTe mando un gran beso
Ceci
salio largo el relato, pero también muy bueno,... me imaginé la historia con esa entrada vestida de blanco hielo con nieve. un abrazo!
ResponderEliminarEn la calle se tejen todo tipo de historias, algunas muy tristes como esta. Yo también me hubiera acercado a ver los dibujos creo, me dió mucha pena el muchacho.
ResponderEliminarHermosas fotos y buena música como siempre
salu2
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ResponderEliminarGracias amigos por vuestro tiempo y vuestros siempre amables comentarios, las circunstancias no me permiten aun estar al 100%,pero os sigo y os leo.
ResponderEliminarSaber que seguís ahí es el gran aliciente que tiene uno para seguir en la brecha. Un gran beso a todos sin excepción