Llevaba mucho tiempo sola, la soledad y el silencio de su casa atrapaban cada vez más a María. Carla y Daniel, sus hijos, no sabían cómo afrontar el encierro de su madre ni su negativa cada vez más arraigada a salir de casa. Esta situación preocupaba cada vez más a sus hijos a los cuales el vivir en otras ciudades por su trabajo no les facilitaba estar tan encima de ella como antes .La llamaban a diario y su voz casi podría decirse que agónica les contestaba al teléfono. Hacía ya seis años que había enviudado y paulatinamente había ido sumiéndose en un abismo de tristeza, habían comenzado sus dolencias. Cuando vivía Pascual él siempre le decía que era como la coca-cola, “la chispa de la vida” y ahora nada la motivaba lo suficiente.
Carla la había apuntado a clases de Yoga, de cocina, iba dos días y abandonaba.
Aquella tarde Carla no se atrevía a llamarla porque no sabía cómo decirle que la empresa la mandaba a Chicago a hacer un Máster y que estaría sin verla hasta Navidad, llamó a Daniel quien se alegró mucho por el posible ascenso de su hermana en la empresa y le dijo que no le dijera nada hasta el sábado que irían a verla.
Lo tomo mal como era de esperar, Daniel y Lorena (su pareja) le dijeron que ellos irían todos los fines de semana y la animaron a que se fuera unos días con ellos a Salamanca a lo cual ya de entrada se negó. No quería moverse de su casa. Daniel le dijo que tendría que echarles una mano y le dieron lo que para ella sería una buena noticia. Estaban buscando fecha para casarse en primavera. María se alegro mucho por la noticia, no le gustaba que vivieran juntos “a lo moderno” y Lorena le parecía bien para su hijo, gracias a ella había terminado la carrera y había sentado la cabeza. Aún así el peso de la noticia de Carla estaba por encima de todo.
Le propusieron hacer un curso de informática Daniel le traería un ordenador ¡¡CON CÁMARA!! para poder hablar con Carla todos los días y además ¡¡podrían verse!! Lo del curso no le hizo mucha gracia pero si podía ver a Carla a diario…quizás lo intentara, con 66 años tenía que salir de ese agujero como fuera y muchísimas cosas de las que disfrutar. Aquello pareció ponerle las pilas, en el ayuntamiento le dijeron que los cursos estaban cerrados y que había lista de espera así que empujada por Carla se acercó a una academia. Al subir la escalera se encontró con Lola, una amiga suya a la que hacía tiempo no veía, Lola se alegro de verla y fue evidente, su marido se había jubilado e iban juntos a los cursos. Lola había querido sacarla de casa muchas veces pero acabó rindiéndose, tenía tres nietos y sus quehaceres y preocupaciones eran otros y cuando la había llamado para salir al cine o a tomar algo siempre le decía que ella no se encontraba a gusto con los matrimonios y sin Pascual. Habían salido muchas veces juntos y lo habían pasado muy bien. Estando con ellos notaba más su ausencia si es que eso era posible. Lola le comentó lo contenta que estaba con los cursos y la acompañó arriba, por la escalera volvieron a cruzarse con un grupo de jóvenes que salían también de la academia y que saludaron cariñosamente a Lola.
Ya subía más animada. Lola le presentó al profesor que sería un chico de unos treinta años muy agradable que le puso facilidades para todo y la animó. Maria salió de allí matriculada, al salir llamo a Carla y a Daniel desde el móvil y casi emocionada les dijo que empezaba el lunes.
El lunes le costó arrancar pero se duchó rebuscó en el armario y se “calzó” unos vaqueros y un suéter de angorina crudo. Se miró al espejo y se sintió bien hacia tiempo que no se miraba al espejo más que para peinarse. De ahí todo vino rodado, ella le explicó al profesor de la academia el por qué de su repentino interés en la informática y le dijo que no quería entretenerse, que lo suyo era por necesidad de tener un contacto más cercano con su hija a la cual estaba especialmente unida y que estaría unos cuantos meses sin verla. El joven atendió su demanda pero le dijo que al menos necesitaba un conocimiento previo al mundo de la red, que tenia cosas buenas, cosas malas y muchos engaños.
En el plazo de un mes María a diario se arreglaba y se iba a la academia, su necesidad de avanzar en conocimientos le hizo aprender deprisa, se miraba todos los días al espejo, iba una vez por semana a la peluquería y tomaba café a la salida de clase con compañeros y compañeras en el centro comercial.
Daniel le había llevado a casa un portátil para que fuera practicando y le había enseñado algunos trucos, páginas, le enseño a entrar en su cuenta del banco, y le mostró unos cuantos chat, le advirtió que no entrara ahí que era todo mentira y que no diera ningún dato que se le pidiera de claves, pin, o datos personales, empezaba su hazaña y estaba contenta.
En la academia con el profesor ya había abierto una cuenta de correo y el Messenger, Daniel le abrió una de Facebook porque Lola le había dicho que ella tenía Facebook como si aquello fuera lo más de lo más y debía ser así cuando en la tele había oído que hasta Karmele tenía Facebook. Daniel le ayudo a buscar a Lola en Facebok, la encontraron, vieron su perfil y le solicitaron amistad, también encontraron a Antonio, el marido de Lola también agregaron a Carla, y Daniel buscó su perfil y se incluyó el mismo. Era tarde, se despidió de su madre y quedó en llamarla al día siguiente.
María se quedó jugueteando un rato, buscó amigos y encontró a conocidos a los que no pensaba ni por asomo que estuvieran en Facebook. Solicitó amistad a alguno de ellos, también se unió a una de la protectora de animales. Ya había tenido bastante, empezó a cerrar ventanas como Dany le había dicho y al día siguiente se conectarían con el Messenger y la cámara para ver cómo funcionaba aquello. Se acostó emocionada al descubrir el mundo que se abría ante ella, ante su soledad. Había encontrado también a una amiga con la que había compartido parte de la adolescencia y de la cual hacia casi 30 años no sabía.
Fue a clase por la mañana, le contó a su profesor su hazaña del día anterior, él se sintió complacido y le dijo que la agregaría a su Facebook. Allí mismo accedió a su cuenta de correo, vio que tanto su hija como alguno de los solicitados el día anterior la habían aceptado ya. Entró en Facebook con su clave “Dany”, se encontró con la solicitud de su profesor y de algunos y algunas compañeras de clase, aceptó las solicitudes y…¡¡Ya tenía 18 contactos!!Escuchó un “plin” que no sabía de dónde venía, al momento volvió a oírlo, el profesor se acercó sonriéndola… ¿No piensas contestar? le señaló una ventana que se había abierto en el margen derecho de abajo.¡¡Mamá!! ¿Estás ahí?.......¡¡. Carla!! ¡¡Le estaba hablando Carla!!Contestó y mantuvo una corta conversación con ella en la cual su hija le pedía que se conectara al Messenger. Tras los pasos indicados por el profesor entró en su cuenta de Messenger y se abrió una ventana negra, había unos dibujos y la imagen se movía, no tardó en darse cuenta que era el estampado de su blusa jajaja ¡¡que despiste!! Se dijo así misma, orientó una pequeña cámara que había sobre el PC hasta que se vio en la ventana negra, de pronto nieve perdió la imagen y apareció Carla,¡¡era su hija!!Estaba en Sevilla en la oficina y la veía como si estuviera allí mismo, si eso era así seria magnifico cuando se fuera a Chicago para lo cual quedaba solo una semana, pero esta noche después del trabajo vendría a casa y pasaría toda la semana antes de irse con ella, harían compras, prepararían su maleta, charlarían y …podría abrazarla.
Todo el mundo de María se iba transformando día a día.
Daniel y Lorena vinieron de Salamanca para verla y despedirse de Carla, le descubrieron que podía hablar con los dos a la vez. Practicaron varias horas frente al portátil, habló con alguno de los contactos que le habían agregado a sus cuenta tanto de Facebook como de Messenger.
Se puso al corriente de la vida y milagros de amigos a los que hacía años había perdido la pista, algunos ni sabían que Pascual había fallecido, ni que tenía dos hijos Daniel y Carla, su amiga de la adolescencia Bea estaba separada y tenía un hijo y Loli con la cual había perdido el contacto al casarse esta y marcharse a Sevilla, seguía casada con Andrés tenía una hija y su hijo Sergio de 20 años había fallecido hacia dos de una enfermedad extraña que María no sabía ni que existía.
Le contó su calvario con la enfermedad de su hijo, le contó de la desasistencia y desconocimiento de esta enfermedad, de la falta de colaboración por parte de las instituciones, le contó de su deterioro y del como fue apagándose día tras día, mes tras mes. Le contó que ella misma empezó a luchar por el conocimiento de esta enfermedad, escribió a periódicos, salió en un programa de televisión siempre intentando recaudar fondos, subvenciones, por Sergio no había podido hacer nada pero había muchos Sergios en la sombra.
María lloró frente a la pantalla del ordenador. Pensó en sus hijos. Se metió en el perfil de Bea. Miró sus fotos. Bea con Andrés cuando aun eran novios, Bea con ella y con otros de la pandilla, Bea con sus dos niños, Bea…con una jovencita y un chaval en silla de ruedas, Bea y Andrés con la misma joven pero ya mas mayorcita y…el mismo chico de la silla de ruedas, más delgado y con un deterioro físico casi increíble. Era Sergio.
En el perfil de Andrés había una carta, era como un epitafio a la lucha de su hijo, a su valentía. Entre los contactos encontró el nombre de una asociación AEPMI, (Asociación de Enfermos de Patología Mitocondriales) abrió la página y allí estaban Sergio y muchos más, mayores y niños. Buscó información en Google, eso era de las cosas que aprendió en sus primeros días de academia. Llamó al teléfono de contacto de la asociación y una voz no desconocida para ella, sonó al otro lado. Era Bea. Hablo largo rato con ella.
Facebook le había llevado hasta Bea y no quería perder ese tren. Llamó a sus hijos y les dijo que se iba a Sevilla unos días, a su hija Carla le extrañó que en tres años no hubiera ido a visitarla y ahora que estaba en Chicago su madre se fuera a Sevilla, era increíble pero se alegró.
Se llevó su portátil ya imprescindible pará seguir viendo a Carla todos los días a las tres en el Messenger, con Daniel hablaba por FB casi todos los días pero ahora había algo más, su…llamémoslo militancia con AEPMI, con quien empezó a colaborar de manera activa desde Madrid haciendo una importante labor en simposios, congresos y convenciones, viajando allí donde estos se celebraban, y recaudando fondos para el estudio de la enfermedad, dándola a conocer a través de esas redes sociales, que en este caso para bien, le habían cambiado la vida.
Más redes en casa de GUS
Más redes en casa de GUS
Hola, Medea.
ResponderEliminarComo en todo, en las Redes Sociales hay cosas negativas y positivas. Lo importante es encontrar las segundas y disfrutarlas.
Tu relato es entretenido y real.
Me agradó leerte.
Aprovecho para darte las gracias por el tiempo que vas a dedicarnos en esta cita juevera.
Un abrazo.
Maat
Gracias a ti Maat por pasarte por aquí, Gus me invitó a saber lo difícil que es proponer para cada jueves un tema. Me quedé sin ideas y después de proponer el tema no tenía ni idea de que escribir. Empecé por una historia fruto de la fantasía y acabé enlazándola con una historia real de la cual conozco bien el tema y soy consciente de que una de las redes sociales en este caso FB ha ayudado mucho a esta asociación a difundirse. Solo he cambiado el nombre de los protagonistas relacionados con AEPMI.
ResponderEliminarPara mí no ha sido un tema fácil y creo que para muchos de vosotros tampoco, así que gracias por vuestro esfuerzo.
Un beso grande Maat
Hola Medea.
ResponderEliminarUn relato que engancha y que demuestra que en las redes, podemos encontrar de todo tipo de personas, pero... ¿no ocurre lo mismo en la vida real? ¿En el tú a tú?
Somos todos tan iguales y tan diferentes a la vez.
Un abrazo
El equilibrio entre lo bueno y lo malo es muy difícil de conseguir, depende de la integridad y de los límites que cada uno se ponga.
ResponderEliminarMuy bueno, bravo!
Besito.
Hola Medea
ResponderEliminarUn relato muy real, en las redes han conseguido darse a conocer y han crecido vertiginosamente muchas asociaciones que de otra forma hubiera sido muy dificil para ellas, para muchas personas seguro que esto les ofreció una nueva vida, como a tu protagonista.
Muy bien relatado
Un beso de Mar
Sencillamente maravilloso lo que relatas niña. Tan real como la vida misma.
ResponderEliminarBesos
ahora compendo tu comentario ami jueevs...ahora lo omprendo...creo, medea, que si nos quedamos con esta parte de las redes sociales, al menos hoy, nos habremos ganado una pequeña gran satisfaccion...por mi parte, ya puesnto en mi seriedad, tan solo añadir que un abrazo y uyn beso a maria...no se si esa maria sera medea...
ResponderEliminarno añado mas...que mis sentimientos callados hablen por mi.
Sin lugar a dudas QUE BUENAS SON LAS REDES SOCIALES cuando se utilizan de este modo...!!!
ResponderEliminarTu relato nos lleva de situación en situación hasta llegar al punto culminante, donde no solo la alegría de encontrarnos entre nosotros ya es un buen motivo para prender la computadora sino que ayudar al prójimo se vuelve una excelente razón.
Medea, excelente relato.
ResponderEliminarTodo en esta vida, tiene el valor que nosotros queramos darle, y como queremos utilizarle.
Las luces también producen sombras, pero las sombras realzan con el contrate, las luces.
Creo que tenemos que tener el mismo cuidado que con cualquier medio de comunicación y relaciones personales.
Exponencialmente, su repercusión es tremendo, pero bueno, es el cánon que pagamos por sus beneficios.
Algo así como las contraindicaciones y efectos secundarios de la medicina.
Un besito
Medea ¿es real?, el relato se inicia con una mujer prácticamente acabada, depresiva, y va avanzando como si se abrieran puertas, digamos ventanas virtuales, y termina con otra mujer nueva, participativa, implicada, vital...CREO EN LAS REDES SOCIALES !Aveeeeee!
ResponderEliminarTú nos enrredaste y estamos felizmente atrapados contando las mil y una faceces del face del inter del mundo y la gente. Gracias Medea, merece la pena caer en según que redes.
Besitooooo muy cariñoso.
Una historia muy completa de cómo internet te puede cambiar la vida. Y una importante reflexión: ayudando a los demás te ayudas a ti mismo, encuentras sentido a la vida.
ResponderEliminarConozco lo que este tema implica emocionalmente para ti Medeea, por lo que te felicito por el valor de afrontarla, aunque sea con nombres cambiados, pues supone un ejercicio confesional que seguro ha liberado en lago tu maltrecho corazón al respecto. Internet es excelente, ya ves, te encontré a ti, ¿te parece poco? y reencontré a otros que no veía en años y ya formais parte de mi vida. Un beso y me alegro de ver tus progresos, sigue así, campeona.
ResponderEliminarBesossssssssss enormes achuchados
Conmovedor relato. La "red" puesta al servicio de una buena causa, como ayudar a Maria a salir de su depresión y mas tarde animarse a colaborar en un proyecto comunitario. Ese es el sentido de todo esto finalmente, hacer que la gente se encuentre, ayudar y mover corazones.
ResponderEliminarMe gustó tu historia, transmite esperanza.
un abrazo
Celia tienes razón en todas partes cuecen habas, en la red, en la vida real, ni todo es tan bueno, ni todo es tan malo. Un besillo
ResponderEliminarVerónica ¡¡gracias!!,me alegro muchísimo que te haya gustado. Es verdad, el equilibrio es difícil de conseguir, pero quizás en las redes es más fácil esconderse, mentir y si la intención de alguien no es "sana" lo tiene más fácil quizá en la red. Un beso grande.
-Mar, gracias por tu comentario.He querido plasmar el lado bueno de las redes y tanto a mi protagonista,a gente como ella y a la asociación a la cual me refiero les han hecho mucho bien las redes sociales...a mi también. Un beso grande.
ResponderEliminar-Inma, muchísimas gracias por tu comentario. No sabes cuánto me alegra que te haya gustado. Un
besote.
-Gustavo, gracias por tu comentario, por darme la oportunidad...por prestarnos tu blog por la originalidad al colgar nuestros enlaces del jueves...gracias. Un beso y mil cariños.
ResponderEliminar-Cas es cierto que buenas son las redes sociales si son utilizadas para un buen fin como ayudar al prójimo. Ojalá las redes sociales solo se emplearan para cosas buenas. Muchos cariños.
-Luna, gracias bonita, me alegro que te guste, es verdad que hay que pagar un cánon por sus beneficios aunque supongo que en muchos casos habrá quien piense que ese beneficio no merece la pena dado el daño que le ha causado. Me gusta la comparación que haces con la medicina, creo que es muy similar. Un beso grande
ResponderEliminarNátali, es real que hay muchas Marías como la de mi historia a las cuales han salvado las redes sociales, escribir en un blog o simplemente juguetear en la red.Hay siempre mucho de Medea en las cosas que escribo y de alguna manera al llegar a un punto determinado del relato Maria se ha convertido en Medea y en mi estrecha relación con esta asociación. Un beso grandote y muchos,muchos cariños.
ResponderEliminar-Teresa, gracias por tu comentario. No puedo menos que apoyar esa reflexión. Ayudar a los demás, puede darle sentido a la vida. Eso es una de las muchas cosas buenas que pueden traerte las redes sociales. Creo que hay muchas Marías a las cuales el acceder a las redes sociales, escribir en un blog, o simplemente entretenerse viajando por la red encuentran la forma de relacionarse o ayudar a alguien dando así sentido a sus vidas que quizás llevaban camino de autodestruirse.Un beso
ResponderEliminar-Maria José ¿qué te voy a contar que no sepas? si, sabes que he afrontado un tema que me partió el alma y que no se si algún día se curará del todo. Quizás escribir de ello de vez en cuando me viene bien, en cambio otras veces, prefiero no pensar en ello.
ResponderEliminarGracias por tus ánimos, por tus comentarios, gracias por estar ahí y por formar parte de ese espacio tan, tan importante que forman los amigos. Un beso guapa y muchas gracias de nuevo.
Bonita historia, presentando el lado bueno de las redes sociales. Para mi facebook significa haber reencontrado a varios amigos del colegio medio perdidos y a un buen puñado de primos con los que tenemos mucho cariño pero poco contacto. Ahora siento que les tengo más cerca, a mano.
ResponderEliminarVolviendo a tu historia, refleja a la perfección como internet es otro modo de relación, tan bueno, tan malo, como lo es cualquier otro. Otra oportunidad de conocer gente y, manejándolo selectivamente, poder recobrar contactos que solo quedan en el corazón o encontrar otros que nunca se alcanzarían.
Un beso.
Precioso relato. Desde luego en este caso las redes sociales fueron una excelente medicina para sacar a esta mujer de la tristeza infinita que tenía tras la pérdida de su marido. Es la parte buena de las mismas.
ResponderEliminarUn abrazo
Medea, he visto tu mensaje en mi blog, cuídate mucho que estos golpes en el coche son muy traidores, y a veces duelen más pasados unos días.
ResponderEliminarQue te mejores.
-Juan Carlos gracias por tu comentario y estoy de acuerdo contigo en que hay que ser selectivo pero en las redes sociales y en la vida, en el día a día que no es ni mejor ni peor.
ResponderEliminar-Carmen, claro que tienen su lado bueno, muy bueno cuando ayudando a los demás, también nos ayudamos a nosotros mismos (como en su comentario más arriba dice Teresa) y sentimos como Maria que las redes sociales, en muchos casos, prestan una gran ayuda.
-Teresa muchas gracias por tu interés, no fue con el coche pero da igual ahora según pasan los días aparecen más contracturas y eso pero no es grave. El cuello que me produce un gran dolor de cabeza y me cuesta ponerme a escribir.